Quizás te preguntas porque seleccioné un título tan controversial para mi primer blog. Comencemos por definir estas dos palabras claves: “hipocresía” y “belleza”.
La hipocresía puede venir del deseo de esconder de los demás motivos reales o sentimientos. Es decir, una persona hipócrita es aquella que pretende que se vea la grandeza y bondad que construye con apariencias sobre sí misma, mostrándose como ejemplo y pretendiendo que se actúe de la misma forma, además de que se valore su accionar, aunque sus fines y logros estén alejados de la realidad.
Y por otro lado, la belleza es definida como una noción abstracta ligada a numerosos aspectos y disciplinas de la existencia humana tales como la sociología, la psicología social y la estética, la cual se divide en dos aspectos importantes: la forma y el aspecto. Una persona que se define como “bella” tiene una fusión de varios factores tales como congruencia, elegancia, encanto, gracia, integridad, inteligencia, personalidad y belleza exterior... algo que en el peor de los casos es decidido en base a la opinión de la sociedad o al consejo de un grupo limitado de personas.
Ahora bien, teniendo estos dos conceptos definidos podemos apreciar mucho mejor el propósito principal de este blog.
¿A que realmente le llamas belleza? ¿Como te consideras? ¿Que opinan los demás de ti? Tres preguntas básicas que en la mayoría de los casos no podemos responder con honestidad. ¿Sabes porque? Porque vivimos arraigados a la vida de otros y no a la nuestra, porque hemos decidido cumplir los sueños de otros y no los nuestros o tal ves porque hemos querido presentar una imagen de nosotros mismos que va más allá de la realidad en la que vivimos. ¿Belleza? Belleza no es irte de compras y lucir siempre lo último en la moda, belleza no es que tengas un rostro y un cabello envidiable, tampoco se define belleza como la necesidad de que otros se sientan inferiores a ti. La belleza que reflejas en el exterior es el resultado de lo que guardas en tu corazón. La belleza física es agradable a los ojos por un tiempo determinado pero la estabilidad de tu corazón es agradable al alma y al espíritu.
Amo la moda y de hecho me fascina tener siempre las últimas tendencias de cada temporada, pero muchas veces he preferido esa belleza tangible de amar, de perdonar, de servir, de vivir, de disfrutar cada instante, cada minuto, cada segundo. Eso que no se desvanece con el tiempo sino que marca tu historia hasta el fin de tus días e inclusive marca la vida de los demás. No importa si llevas puesto el mejor ajuar, lo que cargas en tu interior es tu mejor prenda porque cuando te relacionas con los demás, luego de 5 minutos querrán ver algo más allá de lo que está delante de sus ojos. ¿Que tienes para ofrecer? ¡Basta ya de esconderse bajo 3 libras de “bondo” mientras nuestro corazón está en pedazos o mientras el mundo se nos cae encima! Tu belleza no se puede limitar a la opinión pública sino a la aceptación de ti mismo y la hermosura de compartir el propósito que cargas con el universo.
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón porque de él mana la vida”. Proverbios 4:23.
Sharil Sánchez
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